sábado, 14 de mayo de 2011

Paté de higaditos de pollo, mostaza de Dijon, salvia y brandy

La palabra paté viene de la francesa pâté y se llama así a una pasta untable elaborada a partir de carne picada o hígado y grasa (por lo general). A esta pasta se le pueden añadir verduras, especias y licores (o cualquier otra esencia) para darle un toque especial, así que el único límite estará en tu imaginación (y en que el producto resultante sea apetecible, claro).


INGREDIENTES
  • 400 gr de higaditos de pollo
  • 1 cebolla grande (unos 150 gr)
  • 125 gr de mantequilla
  • 1 cucharada de salvia
  • 1 cucharada de mostaza de Dijon
  • 10 cl de brandy
  • Unos granos de mostaza (para adornar)
  • Una cucharada de aceite
  • Sal

PREPARACIÓN
Limpia bien los hígados, eliminando venillas y restos de sangre, dejándolos escurrir hasta que los necesites. Corta la cebolla en trozos medianos y resérvala.


Del taco de mantequilla, reserva un tercio (aproximadamente) y el resto ponlo a derretir en una sartén con una cucharada de aceite (con esto no se quema y ennegrece).


Cuando la mantequilla se haya derretido y tenga temperatura, pocha en ella la cebolla (sin prisas, a fuego lento). Cuando empiece a dorarse, añade la salvia.


Pasado un minuto, incorpora los higaditos de pollo con un poco de sal. Sofríelos 10 minutos hasta que queden de un color rosa pálido.


Vierte el brandy y deja que se evapore el alcohol. OJO: si vas a flambearlo (porque eres así de espectacular), desconecta la campana extractora para evitar que la llama se descontrole.


Déjalo pochar todo 5 minutos. Notaras que todo adquiere un tono dorado intenso. Ponlo todo en un vaso de batidora o picadora junto con la mostaza y tritúralo hasta conseguir una pasta homogénea. 


Toma unos tarros esterilizados y rellénalos con el paté, procurando no dejar huecos en la masa (no es fácil).


Para sellar los botes, usa mantequilla clarificada. Para ello, derrite a fuego lento en un cazo el tercio de mantequilla que habías reservado. Hazlo a fuego muy lento, sin removerla en absoluto. Al calentarse, la mantequilla se separa en impurezas (espuma que se ha de desechar), mantequilla clarificada (de color amarillo intenso) y suero (líquido que queda en el fondo del cazo). Retira la espuma y reserva la mantequilla en otro recipiente.


Con la mantequilla, y antes de que se solidifique, vierte un poco en cada tarro.


Por último, añade unos granos de mostaza (quedan muy bonitos). Deja enfriar toda la noche y tendrás un soberbio paté que te aguantará perfectamente una semana (como máximo) y que podrás llevarte a un picnic en el parque, a una cena en casa de unos amigos o usarla cuando queráis.

3 comentarios:

  1. Wow! Un auténtico paté casero... Tiene que estar delicioso!

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  2. Lo estaba... Doy fe de ello. Lo más interesante de todo es lo increiblemente fácil que es hacerlo (no hay escusa para no marcarte esta receta espectacular y quedar como un rey cuando tengas invitados en casa...)

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  3. Mira que he visto recetas de paté casero, pero ninguna tan original como esta. Tiene que estar rico de verdad. Servirlo con unas galletas saladas tipo las MiniRio de Rio, tiene que quedar muy sabroso.

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