domingo, 2 de octubre de 2011

¿Simplemente sal?


Vivimos en un mundo ajetreado que va muy deprisa y en el que no apreciamos lo suficiente algunas cosas. La sal es un condimento extendido por toda la tierra y en la antigüedad constituía la base de la economía (de ahí viene la palabra salario, nada menos). Ahora tan sólo tenemos que ir al supermercado y comprar un paquete de kilo, pero ¿te has planteado alguna vez cómo se obtiene la sal? Hay sal que procede de la tierra (minas de sal), pero en España hay un arte tradicional para obtenerla y que tuvo su cuna en todo el litoral mediterráneo.

Este verano tuve la oportunidad de visitar unas salinas tradicionales en Pozo del Camino (justo al lado de Isla Cristina - Huelva). Se llaman "Flor de Sal" y es asombroso lo "simple" que es el proceso y lo fantástico del resultado obtenido.


El mar, con cada marea alta, hace llegar el agua salada a una intrincada red de balsas y diques que son controladas con una serie de compuertas que dejan pasar el agua y la retienen dentro al cerrarse.



Luego hay que dejar que el sol haga su trabajo, que evapore lentamente el agua y vaya dejando la sal cristalizada en la superficie. Esta primera sal, pura, cristalizada en escamas finísimas es lo que se conoce como  "flor de sal". Recogida ésta, el maestro de la salina (no sé si existe este título pero, sin duda, se lo merece) inicia la paciente tarea de romper el resto de láminas de sal sólida que se forman en la superficie del agua y las amontona en las lindes de cada charca. Como cordilleras relucientes de blanca nieve, esperan a que los operarios las ensaquen para que puedan ser distribuidas.



En una tienda anexa a las salinas podemos adquirir toda una variedad de sales para acompañar nuestros platos: flor de sal, ahumada, con pimentón, rosas, alhucema, romero, alga wakame... La variedad parece no tener fin.


Aunque la flor de sal es una sal cara (por su proceso, que no por su procedencia) y es muy parecida a la sal Maldon, lo paradógico es que es ahora cuando se le reconoce su valor y exquisitez, cuando hasta hace unos años nadie la apreciaba y casi era desechada en el proceso.

En cualquier caso hay que agradecer que aún queden magníficos artesanos que nos recuerden que hay cosas sencillas que son de inmenso valor y que sólo son fruto de la paciencia y la constancia. Tómate tu tiempo para pensar en esto. ;-)

4 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho tu reportaje...Si señor!!!

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  2. La sal es algo humilde pero muy importante en nuestra vida diaria. He visto las salinas de Formentera y Lanzarote y es muy interesante el proceso de obtención. Gracias!

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  3. Interesante post! Y tienes razón, muchas veces no nos damos cuenta de todo el trabajo que hay detrás de cosas tan simples... veré si hago acopio de varios tipos de sal para completar mi alacena! Muy bueno cocinero!

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