jueves, 26 de mayo de 2011

Curry de verduras y garbanzos

Este es un plato que se hace casi sin darte cuenta: fácil de preparar, que gusta a casi todos y, sobre todo, sano.
El curry es una mezcla de especias picantes (aunque los hay en distintos grados) que se origina en la cocina asiática y que, por extensión, da nombre a los platos de verduras o carne que se cocinan con ellas.
Para aquellos de vosotros que nunca hayan probado un curry, deciros que es un plato muy fácil de preparar, que admite infinitas variantes y que, una vez que lo preparéis, seguro los incorporaréis a vuestro repertorio habitual.


INGREDIENTES
  • 200 gr de arroz basmati
  • 400 gr de garbanzos
  • 600 gr de coliflor
  • 700 gr de calabaza
  • 500 gr de brócoli
  • 2 cebollas
  • 2 dientes de ajo
  • 40 cl de caldo de pollo
  • 250 gr de yogur cremoso sin azúcar
  • 15 gr de curry (tres cucharaditas colmadas)
  • Sal

PREPARACIÓN

Corta las cebollas y los ajos en trozos pequeños y el resto de verduras en trozos medianos y resérvalos.


Cuece el arroz (doble cantidad de agua que de arroz) con un poco de sal y tras 15 minutos lo tendrás perfecto. Tápalo y resérvalo hasta el momento de emplatar.


En una olla sofríe la cebolla y el ajo. Cuando se hayan dorado, añade la calabaza. Cocínala a fuego medio-alto 5 minutos.


Incorpora el resto de verduras, el curry, una pizca de sal y el caldo de pollo. Tápalo y cuécelo todo durante 25 minutos removiéndolo de vez en cuando. Lo que va a pasar es que la calabaza se va a deshacer un poco y va a comenzar a trabar el caldo.


Pasado este tiempo, agrega los garbanzos y cuécelos 5 minutos más.


Añade el yogur para darle untuosidad al conjunto ayudar a fusionar todos los sabores.


Para terminar, sirve el curry junto con el arroz y prepárate a disfruta de este plato sencillo pero rico en matices y texturas.

sábado, 14 de mayo de 2011

Paté de higaditos de pollo, mostaza de Dijon, salvia y brandy

La palabra paté viene de la francesa pâté y se llama así a una pasta untable elaborada a partir de carne picada o hígado y grasa (por lo general). A esta pasta se le pueden añadir verduras, especias y licores (o cualquier otra esencia) para darle un toque especial, así que el único límite estará en tu imaginación (y en que el producto resultante sea apetecible, claro).


INGREDIENTES
  • 400 gr de higaditos de pollo
  • 1 cebolla grande (unos 150 gr)
  • 125 gr de mantequilla
  • 1 cucharada de salvia
  • 1 cucharada de mostaza de Dijon
  • 10 cl de brandy
  • Unos granos de mostaza (para adornar)
  • Una cucharada de aceite
  • Sal

PREPARACIÓN
Limpia bien los hígados, eliminando venillas y restos de sangre, dejándolos escurrir hasta que los necesites. Corta la cebolla en trozos medianos y resérvala.


Del taco de mantequilla, reserva un tercio (aproximadamente) y el resto ponlo a derretir en una sartén con una cucharada de aceite (con esto no se quema y ennegrece).


Cuando la mantequilla se haya derretido y tenga temperatura, pocha en ella la cebolla (sin prisas, a fuego lento). Cuando empiece a dorarse, añade la salvia.


Pasado un minuto, incorpora los higaditos de pollo con un poco de sal. Sofríelos 10 minutos hasta que queden de un color rosa pálido.


Vierte el brandy y deja que se evapore el alcohol. OJO: si vas a flambearlo (porque eres así de espectacular), desconecta la campana extractora para evitar que la llama se descontrole.


Déjalo pochar todo 5 minutos. Notaras que todo adquiere un tono dorado intenso. Ponlo todo en un vaso de batidora o picadora junto con la mostaza y tritúralo hasta conseguir una pasta homogénea. 


Toma unos tarros esterilizados y rellénalos con el paté, procurando no dejar huecos en la masa (no es fácil).


Para sellar los botes, usa mantequilla clarificada. Para ello, derrite a fuego lento en un cazo el tercio de mantequilla que habías reservado. Hazlo a fuego muy lento, sin removerla en absoluto. Al calentarse, la mantequilla se separa en impurezas (espuma que se ha de desechar), mantequilla clarificada (de color amarillo intenso) y suero (líquido que queda en el fondo del cazo). Retira la espuma y reserva la mantequilla en otro recipiente.


Con la mantequilla, y antes de que se solidifique, vierte un poco en cada tarro.


Por último, añade unos granos de mostaza (quedan muy bonitos). Deja enfriar toda la noche y tendrás un soberbio paté que te aguantará perfectamente una semana (como máximo) y que podrás llevarte a un picnic en el parque, a una cena en casa de unos amigos o usarla cuando queráis.

viernes, 6 de mayo de 2011

Arroz con alcachofas y jamón

¿A quién se le ocurre lo que se puede hacer con cuatro alcachofas aburridas, un poco de caldo casero y poco más? Yo lo tengo clarísimo: preparar un arroz de los que están quitan el hipo.



INGREDIENTES
  • 350 gr de arroz
  • 100 gr de jamón
  • 4 alcachofas
  • 1 cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • 1 litro de caldo oscuro
  • 1 limón
  • Sal y pimienta

PREPARACIÓN
Pon a calentar el caldo (así ahorraremos tiempo).
Corta la cebolla y los ajos finamente y el jamón en taquitos. Resérvalos.
Pela y limpia las alcachofas como ya hemos visto en otras ocasiones. Esta vez, al no tener perejil, las conservaremos con un poco de zumo de limón en el agua.


En un perol, sofríe la cebolla y los ajos hasta que estén bien pochados. A continuación añade los taquitos de jamón y rehógalos unos minutos.


Ahora, añade las alcachofas en trozos y rehógalas otros 5 minutos.


Vierte el caldo y llévalo todo a ebullición durante 3 minutos más.


Vierte el arroz: 10 minutos a fuego fuerte, luego baja el fuego al mínimo y espera otros 10 minutos. Por último, apaga el fuego y déjalo reposar tapado con papel de periódico 5 minutos. Sírvelo acompañado de un falso alioli con salsa de soja.


Fácil y delicioso, ¿qué más se puede pedir?

lunes, 2 de mayo de 2011

Caldo oscuro

Imagina una carne jugosa, que se deshaga fácilmente o un plato de verduras de temporada cocidas a la perfección. En estos casos la materia prima es esencial, pero la salsa que las acompaña es el matiz que marca la diferencia y hace de cada preparación algo único y especial.
La idea es buscar una salsa que complemente a los ingredientes, que los acompañe y los una, haciendo que todo el conjunto cobre sentido. En este punto hay que tener en cuenta que la salsa más compleja empieza siempre por una base, sencilla en concepto, pero que tenemos que cuidar en extremo para garantizar el éxito del resultado final.
Preparar un buen caldo es algo básico que todos deberíamos saber y que será un buen cimiento para elaborar nuestros mejores platos.


INGREDIENTES
  • 600 gr de huesos de ternera
  • 100 gr de apio
  • 200 gr de zanahoria
  • 200 gr de puerro
  • Una cebolla
  • Media hoja de laurel
  • Una rama de romero
  • Unas ramitas de tomillo
  • 7 granos de pimienta
PREPARACIÓN
Para hacer un fondo o caldo oscuro, lo primero que tienes que hacer es tostar los huesos al horno. 30 minutos a 200ºC serán suficientes. Desecha la grasa y reserva los huesos.


Trocea las verduras en grueso y pon las hierbas en un infusionador (así evitas que floten).


Coloca verduras, huesos y especias en una olla y cúbrelos con el doble de agua fría y llévalo lentamente a ebullición. Retira toda la espuma que suba a la superficie.
IMPORTANTE: No eches nada de sal, así se puede usar el fondo en múltiples preparaciones. Cuando lo vayas a usar será el momento de sazonar.


Baja el fuego y deja que hierva lentamente durante unas 3 horas. Pasado este tiempo, cuélalo y déjalo enfriar.


Intenta enfriar lo más rápidamente posible el caldo. Una vez enfriado, puedes conservarlo en el frigorífico hasta una semana. También puedes congelarlo y te aguantará hasta 3 meses sin problemas.