domingo, 25 de septiembre de 2011

El alma

Fue a finales de verano cuando pudimos visitar el restaurante cordobés El Alma. Tras un día caluroso la noche refrescó y traía ecos y aromas de Sierra Morena: pino, jara y retama. Bajo un dosel de estrellas, a caballo entre el sueño y la vigilia, la visita a El Alma alimentó mi cuerpo y enamoró a mi espíritu.


Restaurante El Alma
C/ Teruel, 23
Córdoba
Telf. 957 282 798
Móvil 605 282 798


Detalles arabescos, candiles de colores, loza tradicional y ropa de mesa blanca como palomas de Andalucía nos reciben tras la sonrisa amable de la jefa de sala.


La carta de vinos es sencilla pero muy correcta y las indicaciones del sumiller son sinceras y honestas, por lo que dejarse llevar es un gran consejo para la ocasión.


Aunque enclavado en Córdoba, el restaurante es especialmente reconocido por sus pescados y el atún de almadraba. El uso de los productos cárnicos del valle de Los Pedroches y la serranía cordobesa también es más que notable, por lo que el primer problema es enfrentarse a la carta y decidir qué tomar... Y en esas estás cuando la casa te regala el primer bocado: tostas con mousse de salmón.




Al final dejamos volar nuestra imaginación y nos decidimos por un carpaccio de presa ibérica del valle y una ensalada de vieiras y jamón con puerro, aguacate, tomate y vinagreta de coral y jamón. El carpaccio se deshace prácticamente en la boca: la carne es suave y sedosa y conjuga a la perfección con el parmesano y el aceite virgen extra (Cladium, una exquisitez de la que tienes una botella entera en la mesa).


La ensalada de vieiras es todo un deleite; al punto, caramelizadas en superficie y tiernas, muy tiernas. El crujiente de las hojas y el jamón, ligadas con la vinagreta le dan un contrapunto ácido al conjunto que lo equilibra y armoniza.


Y pasamos a los segundos. Lomo de ciervo con peras caramelizadas y agridulce de rosas (el nombre sólo ya te invita a soñar) cocinado en su punto y servido con sencillez es una elección más que acertada, aunque no menos acertada que la siguiente...


Tataki de atún rojo de almadraba con crujiente de puerro y puré de apionabo y aceite de trufa... Me reconozco ahora un rendido admirador de esta receta y, sin duda, la intentaré recrear para vosotros.


La antesala de los postres es, como no, un delicioso Pedro Ximénez frío: terciopelo dulce para el paladar.


El cierre de la cena lo hicimos con una crème brûlée y piña caramelizada a las hierbas.


La piña fue muy sorprendente y delicada y, si tengo que poner alguna pega, diré que encontré la crème brûlée demasiado densa aunque el juego del caramelo de la superficie me recordó al principio de la película Amélie. Un buen final para un sueño mágico de verano a los pies de la sierra cordobesa. 

DATOS DE INTERÉS
  • Restaurante El AlmaC/ Teruel, 23. Córdoba. Telf. 957 282 798 [Mapa] 
  • Terraza para noches de verano.
  • Mejor reservar.
  • Precio medio: 40 - 50 €.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Rollitos orientales de verduras

¿Nunca os habéis preguntado qué llevan los rollitos que os sirven en los restaurantes asiáticos? En realidad no llevan o deberían llevar nada malo, más allá de que se trate de un producto frito (ojito con el colesterol).

Con un poco de imaginación y muy poquito dinero seguro que podemos recrear los platos que nos gustan. Haciendo buena la máxima de "Abre la nevera y cocina con lo que encuentres", no voy a dar ni cantidades ni proporciones y, aunque voy a indicar una serie de ingredientes, podéis usar los que más os gusten u otros distintos: atún, pulpo, maíz, brotes de soja, arroz... Manos a la obra.


INGREDIENTES (2 personas)

  • Hojas de repollo
  • Hojas de lombarda
  • Champiñones
  • Zanahorias
  • Calabaza
  • Cebolleta morada
  • Salsa de soja
  • Pasta de wasabi

PREPARACIÓN

Comenzando por la cebolleta, la limpiamos y picamos muy, muy fino y la reservamos. Repite la operación para el resto de ingredientes.


Sofríe en un wok o sartén los ingredientes. Cada uno tendrá su tiempo, pero lo que vamos buscando es un relleno no muy húmedo (pero jugoso) sin demasiado aceite.


Cuando todos estén hechos, añadimos un poco de salsa de soja o cualquier otro aderezo y lo reservamos.


Ahora vamos a preparar las hojas con las que haremos los rollitos. Podremos usar acelgas, lechugas o cualquier otra hortaliza que nos lo permita.

Con mucho cuidado, corta las hojas del tronco y sácalas lo más enteras que te sea posible. Elimina tanto como puedas de la parte leñosa. Para darle flexibilidad y poder hacer los rollitos, las coceremos en agua hirviendo según la dureza de la hoja: lechuga = sin cocer, acelgas o espinacas = escaldar 2 minutos, y así con todas. En nuestro caso, al ser más duras, las coceremos unos 5 minutos para ablandarlas bien.


Una vez cocidas, retiramos un poco más de la parte leñosa, situamos una pequeña cantidad de relleno dentro y doblamos... como mejor podamos. Esto dependerá del tamaño de la hoja y su flexibilidad.



Al terminar de cerrar el paquete, cortamos el sobrante y ya está. Repite este proceso con el resto de hojas. En este caso hemos usado lombarda por su original color, aunque ya te advierto que cuesta un triunfo sacar las hojas enteras y sin romper... ¡Eso sí, los paquetitos salen mucho mejor!



¡Hora de hacer la salsa! Pon una puntita de wasabi en un cuenco y disuélvela en salsa de soja. Cuidado porque pica mucho (¡aunque a mí me encanta!)


Servimos la comida con un poquito de sake templado y a disfrutar. Gochisôsama!!