domingo, 12 de septiembre de 2010

Sencillo como un ajo...

"La sencillez del ajo resume el espíritu de este libro: Cocinar lo menos posible"


Con esta frase esclarecedora comienza el prefacio del libro "Abre la nevera y cocina con lo que encuentres" (Xavier Gutiérrez. Ed. EVEREST, ISBN: 978-84-441-2077-5).

En los tiempos que corren, en los que la cocina está llegando a cotas imposibles por las técnicas o las materias primas (no sé ustedes, pero en el súper de mi barrio no venden nitrógeno líquido, ni trufa blanca ni sal de roca del desierto del Kalahari...), encontrar un libro como éste puede ser la tabla de salvación y la brújula para aquellos a los que le gusta cocinar por afición o para los que nunca se han atrevido a poner un pie en ella.

En este libro Xavier Gutiérrez nos zarandea, nos quita complejos y nos ilumina con una idea tan básica y, a la vez, tan pegada a nuestras narices que resulta difícil de ver: apáñate con lo que tienes y, lo que te falte de una cosa, súplelo con imaginación y ganas. Además, no pasa nada si no tienes exactamente los mismos productos en las mismas cantidades que te marcan en una receta; quizá así estés descubriendo una nueva preparación, un nuevo concepto, un nuevo sabor.

"Monstruo blanco, hierático, de corazón frío, en medio de la cocina, alto, sin expresión, rectangularmente esquivo: sí, sí, estoy hablando del frigorífico. ¿Qué habrá en su interior? Con esperanzadora ilusión lo abro y me encuentro con... ¡casi dos kilos de mandarinas!
¡Fenómeno! Ya tenemos primer plato."
(Introducción para hablar de ensalada de mandarina, zumo de mandarina, mandarinas en guarnición, postre de mandarinas y mandarina con queso y nata)

Tras leer detenidamente el libro compruebas de hay todo un mundo de posibilidades (ortodoxas o delirantes) donde la única regla a aplicar es que no hay reglas: ni en la combinación de sabores, ni en los productos a utilizar, ni en las técnicas para prepararlos ni en las cantidades. De este maremágnum de apuntes surgen ideas tan sugerentes como sandía con sardinas, bocadillo de nueces, bizcocho de aceitunas, melón frito o calamar crudo sobre pan recién tostado.

"La cebolla es a la cocina lo que el fútbol para mucha gente: no se puede estar sin ella. "Contigo pan y cebolla", dice el refrán como queriendo significar que tener el amor de una persona es justificación para pasar penalidades como comer pan y cebolla.
Pues nada más lejos de la realidad. La cebolla representa nuestro sabor más interiorizado, el más ancestral, el más perdido en nuestros recuerdos, pues..."

Para completar una lectura amena y evocadora, el libro incluye unas magníficas fotografías llenas de luces, sombras y colores que casi parecen susurrarte al oído "...cómeme..."

Su reducido formato lo hace ideal para llevar a cualquier sitio si viajamos, acomodarlo en la mesita de noche, perderlo entre nuestros otros libros y encontrarlo pasado un tiempo como algo pequeño y precioso que nos alegra el día. No dejen pasar la oportunidad de hacerse con él. Seguro que les traerá una sonrisa al rostro.

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