lunes, 12 de marzo de 2012

Salmón marinado

Ahora tenemos frigoríficos y congeladores, pero hace un tiempo no había nada de esto y había que conservar los alimentos. Esta técnica es originaria de Escandinavia y es tremendamente fácil. ¡Manos a la obra!


INGREDIENTES
  • 400 gr de salmón fresco.
  • 200 gr de sal.
  • 200 gr de azúcar.
  • Un puñado de bayas de enebro.

PREPARACIÓN
Lo importante de esta receta es que la proporción de azúcar y sal sea la misma: mitad por mitad.
En un mortero, muele las bayas de enebro (la cantidad, a tu gusto). 


Mezcla las bayas con el azúcar y la sal y resérvalos.


Lava el salmón (sin quitarle la piel) y sécalo muy bien.


Extiende un buen trozo de film transparente y vierte una buena capa de la mezcla de azúcar, sal y bayas para poder acomodar bien el trozo de salmón.


Coloca encima el trozo de salmón, cúbrelo con el resto de la mezcla y luego envuélvelo con cuidado para que la mezcla no se caiga. Si necesitaras más mezcla para cubrirlo, ya sabes: sal y azúcar a partes iguales.


Pon el paquete en un cuenco, ponle un poco de peso encima. Aquí, vas a tener que tirar de imaginación. Yo le he puesto un plato y una olla con agua dentro.


Mete "el invento" en la nevera y déjalo de 24 a 48 horas. En el proceso de marinado, el salmón perderá líquido, concentrando la carne y los sabores. Pasado este tiempo, abre el paquete, limpia el salmón con agua corriente y sécalo bien.

Retira la piel. Si no lo vas a consumir todo, puedes conservarlo en aceite de girasol durante un par de semanas sin ningún problema. Creo que puede aguantar un poco más, pero es que a mí nunca me ha durado tanto... :-)


Puedes usarlo en taquitos en ensaladas templadas o, como es habitual, cortar finas láminas para apreciar todo su sabor. Yo lo he presentado con una salsa de yogur, ralladura de piel de limón, aceite y sal. Ummmm...

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