Que sí, que el verano está muy bien, pero a finales de mes comenzará una de mis épocas favoritas: el otoño. Y con ella llegará un contingente increíble de materias primas y otras se marcharán hasta el año que viene. ¿No es una pena que tengamos que esperar todo un año para disfrutar de ellos?
INGREDIENTES
- 2 kg de ciruelas claudia maduras
- Una vaina de vainilla
- 400 gr de azúcar blanca
- 2 kg de higos
- Una lima seca (ahora hablamos de esto)
- 400 gr de azúcar moreno
- Botes de conserva
PREPARACIÓN
El procedimiento, en general es el mismo para los dos tipos de mermelada. Comienza troceando o bien las ciruelas, o bien los higos, en cuartos. Ojo, no quites los huesos de las ciruelas, ya que éstos tienen pectina, que es un espesante natural. Eso sí, cuenta cuántas ciruelas echas, ya que después tendrás que retirar los huesos.
En una olla, cuece a fuego medio la fruta con el azúcar y la especie elegida. Para las ciruelas, parte por la mitad la vaina de vainilla y sácale su contenido.
Todo ello (vaina + semillas) ponlo en la olla y déjalo cocer unos 20 minutos.
En el caso de los higos, el proceso es el mismo, pero en este caso le añadimos azúcar moreno y lima seca. Esta especia es de origen iraní y es absolutamente deliciosa. No es fácil de conseguir, así que hay que recurrir a la compra por internet o tiendas muy especializadas (sorry). Cuece el conjunto (higos + azúcar + lima rallada) entre 20 y 30 minutos. En el caso de los higos, deberás machacar un poco el producto para conseguir trocitos pequeños.
Mientras se hacen las mermeladas, esteriliza los botes de conserva. Para ello calienta los botes en el horno a 100º C (212º F) durante unos 20 minutos. Las tapas puedes esterilizarlas en una olla con agua hirviendo durante 15 minutos. Con cuidado de no tocar la parte interior de las mismas, déjalas enfriar en un paño limpio.
Siguiente paso: para las ciruelas, retira los huesos. Después, con cuidado, rellena los botes de conserva hasta un centímetro del borde. Intenta que no queden demasiadas burbujas en su interior.
Una vez llenos, ciérralos bien.
En una olla exprés, pon un paño en el fondo para que los botes no estén en contacto directo con el metal y se rompan.
Introduce los botes en la olla y, tomando como referencia el más bajo de ellos, añade agua hasta tres centímetros por debajo de su tapa.
Cierra la olla y cuece los botes veinte minutos a partir de que salga el primer vapor. Cuando pase el tiempo indicado, retírala del fuego, deja salir todo el vapor y cuando se pueda, destápala en condiciones de seguridad y deja que los botes enfríen en la propia olla. A los pocos minutos irás oyendo los "click" de las tapas al completar el proceso de vacío. Si alguno de los botes no lo hace, deséchalo o tendrás que consumirlo en la semana siguiente.
Y ya está, así de fácil. Si tienes una fruta favorita y no quieres esperar todo un año para disfrutar de ella, esta es una forma magnífica. Además, puedes dejar volar la imaginación para crear mezclas fabulosas: melocotones con menta, manzana con canela, peras con clavo...
Un buen asado de cordero y mermelada de higos... buena opción!!
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