lunes, 6 de septiembre de 2010

Increible e inesperado brownie

"No sólo de pan vive el hombre", así que vamos a darle un poco de gustito, un capricho, un antojo, un deseo... Lujuria en la cocina, pero de la buena, buena...


INGREDIENTES
  • 125 gr de mantequilla
  • 100 gr de chocolate al 72% de cacao
  • 40 gr de nueces (o más si te apetece)
  • 40 gr de arándanos secos (o más si se te antoja)
  • 40 gr de cacao amargo en polvo
  • 35 gr de harina
  • 1/2 cucharadita de levadura
  • 150 gr de azúcar moreno
  • Dos huevos
  • Papel parafinado
  • Helado de vainilla
  • Nata líquida

PREPARACIÓN

Precalienta el horno a 180º C (unos 350º F).

Pon en un cuenco el chocolate y la mantequilla y derrítelos en un microondas (unos 45 segundos serán suficientes). Una vez derretidos, añade las nueces y los arándanos picados.


En otro cuenco mezcla "los secos": la harina, la levadura, el cacao amargo y el azúcar. Con esto se evitan los grumos (oído cocina que este es un truco que se puede aplicar a todas las recetas de repostería de este tipo).


Una vez bien mezclados, añade "los líquidos" (el chocolate y la mantequilla fundidos con las nueces y los arándanos). Mézclalos bien.


Ahora bate bien los huevos en otro cuenco y añádelo a la mezcla. Sabrás que la cosa va bien cuando veas que la mezcla se despega limpiamente de las paredes del cuenco.


En un recipiente, pon un trozo de papel parafinado para que luego se despegue mejor el brownie. Vierte la mezcla.


Mételo en el horno de 20 a 25 minutos. El brownie quedará crujiente por fuera y húmedo y jugoso por dentro. Déjalo reposar y templar.


Mientras tanto, vamos a hacer una salsa de chocolate. Para ello haremos un almíbar T.P.T. (tanto por tanto): la misma cantidad de azúcar, la misma cantidad de agua. Además añadimos unos 60 gr de chocolate y 50 gr de cacao amargo.


En un cazo, pon el agua, disuelve el azúcar, deja hervir y reducir para que haga el almíbar. Seguidamente agrega el chocolate y el cacao. Mézclalo todo hasta que quede homogéneo. Cuando lo tengas, puedes ponerlo en un biberón de cocina y guardarlo en el frigorífico (¡te durará meses y lo tendrás siempre a mano!). Al enfriar quedará espeso y delicioso.


Y ahora toca emplatar, que por donde primero se come es por los ojos. En un plato, pon un poco de nata líquida (sin azúcar) y pon unas líneas paralelas de salsa de chocolate.


Con el cabo de una cucharilla, haz alternativamente trazos perpendiculares (hacia un lado, hacia otro), verás que queda muy bonito.


Calienta ligeramente el brownie, corta un trozo y ponlo en el plato. Por último un poco de helado de vainilla y un poco más de salsa de chocolate.


Y eso es todo. Por favor, tratad de hacerlo ya que es muy, muy fácil y está lleno de contrastes: crujiente por fuera, jugoso por dentro, caliente, el frío del helado... Toda una experiencia para los sentidos. Que lo disfrutéis.

1 comentario:

  1. Quedé como una reina en la oficina el otro día cuando lo llevé!! Le encantó a todo el mundo!! Gracias!!

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