¿Nunca te has planteado qué hacer con las tabletas de turrón que desde Navidad te están mirando cada vez que entras en la cocina o abres el frigorífico? Justo andaba yo en esas cavilaciones cuando mi compañero del dojo y amigo, Juan Antonio Aymat, me viene con un problema de cocina: una receta de tarta o mousse de turrón que no le termina de quedar bien... Juan: a la receta le he tenido que hacer muy poca variación y está francamente buena. Ahí va mi paso a paso.
INGREDIENTES (5 raciones)
- 200 gr de turrón de Jijona (del blando, vamos)
- 200 ml de nata para montar
- 60 ml de leche
- 20 gr de azúcar glas
- 2 hojas de gelatina neutra
- 2 yemas de huevo
- 40 gr de galletas
- 3 cucharaditas de margarina
PREPARACIÓN
Tritura en un vaso de batidora el turrón con la mitad leche para obtener una pasta de turrón. Resérvala.
En un cuenco, pon la nata y bátela con la mitad del azúcar (pero no a punto de nieve) sólo hasta que tome algo de cuerpo.
Incorpora poco a poco la pasta de turrón y mézclalo con movimientos envolventes y suaves para que la nata no pierda demasiado volumen. Resérvalo.
Pon a remojo en agua fría las hojas de gelatina.
Machaca las galletas y añade la margarina derretida (10 segundos en el microondas serán suficientes). Mezcla bien y tendrás una masa "suelta", como arena mojada.
Como ya realicé en el postre de San Valentín de tres chocolates, haremos unos moldes con acetato transparente y un poco de cinta adhesiva. Luego pondremos un poco de la mezcla de galletas y margarina y aplastaremos bien para hacer una base. NOTA: Intenta que todo el filo interior esté bien cubierto para que no haya fugas (o las mínimas posibles).
Calienta la otra mitad de la leche, escurre bien las hojas de gelatina rehidratadas y disuélvelas en ella. Incorpóralas a la mezcla de nata y crema de turrón. Mézclalas lentamente hasta que esté bien integradas.
Vierte la mezcla en los moldes de acetato transparente y mételos en el frigorífico 20 minutos para que cuajen bien.
Mientras tanto, toma un par de ollas. Una de ellas tiene que ser más grande que la otra. En la más grande, pon agua a calentar y luego sitúa dentro la otra (ojo que no rebose). Vamos a cocinar las yemas al baño maría con la otra mitad del azúcar glas.
Bátelas mientras se van calentando y espesando hasta tener una especie de natillas (un puntito más líquidas). Deben tener cuerpo, consistencia.
Cuando las tengas, saca los moldes y pon un par de cucharadas en cada uno. Vuelve a meterlos en el frigorífico otros 15 minutos.
Cuando estén bien fríos y antes de servirlos, espolvorea por encima un poco de azúcar y quémala con un soplete de cocina. TRUCO: si no tienes un soplete de cocina, coge un cazo, uno viejo (pero limpio) y ponlo al fuego sin nada dentro. Cuando esté bien caliente, pósalo suavemente sobre el azúcar y se caramelizará como si usaras un soplete.
Amigo Juan, espero haber hecho honor a la receta que me has pasado y que el resultado te haya gustado. ¡Un saludo!
Menuda pinta!! Y para quitar esas tabletas de turrón que todavía bailan en la alacena, perfecta receta! Muy bueno, cocinero.
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