La naturaleza es sabia y, con la llegada de los fríos y el mal tiempo, nos agasaja con un fruto que está delicioso y nos procura salud si lo tomamos con frecuencia: la naranja.
El origen de la naranja hay que buscarlo en oriente, en China o India y es muy rica en vitamina C. Hay muchas variedades de este cítrico y, en su familia, se encuentran destacados como el pomelo o las mandarinas.
En cualquier caso, es un fruto estacional y, como otros, el tiempo en el que podemos disfrutar de él es limitado, así que, ¿por qué no conservarlo? La mermelada es un medio perfecto y delicioso para poder disfrutar de las naranjas en cualquier momento del año. ¡Pues manos a la obra!
INGREDIENTES
- 1 kg de naranjas
- El zumo de un limón (opcional, sólo si te gusta ácido)
- 200 gr de azúcar moreno
- 125 gr de azúcar blanco
PREPARACIÓN
Cuanta más parte blanca le quites, menos amargará la mermelada. Reserva las cáscaras.
A continuación, trocea los gajos (saca cuatro trozos más o menos de cada gajo). Reserva los trozos.
Corta las cáscaras en juliana más o menos fina, según te apetezca.
Pon todos los ingredientes en una olla (azúcares, gajos y cáscara en juliana) y cuécelos a fuego medio-alto durante 35-40 minutos.
Como ya he explicado en otras ocasiones (ver enlace de mermeladas), envásalo en frascos de conserva y disfrútalo cuando quieras (siete meses como máximo, aunque a mi no me duran más de tres...)
Ahora puedes usarlo en múltiples preparaciones. Aparte de en las tostadas del desayuno o con un poco de yogur natural puedes, por ejemplo, usarla para acompañar unas tostas de paté. ¡Un aperitivo delicioso!
Qué rico!!! y si tiene un punto de amargor, mejor todavía!! Muy bueno cocinero!!
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